Creo que Colon sintió un enorme acelerón en sus venas al sentir en su cerebro el grito de, Tierra!
Así he percibido yo en todos mis sentidos la lectura de los
mensajes escritos por Hermenegildo-Pedro.
He vuelto a oler la sabina que se prendía en los hogares, a sentir el frio húmedo que subía de la vega, a observar el vuelo plácido y buscón de los buitres, el silbo de los tordos el grito de desprecio de los negros grajos, el borboteo del
agua en la "Chorrera", el zumbido de la "central", aquella
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