Llora, porque uno de sus hijos, Ignacio Terán Lucio, nos ha dejado. Tantas veces vió, salir el sol por el Otero, hasta que se cerraron sus ojos este día 20 de septirmbre pasado. Hombre íntegro y cabal, único oriundo capaz de haber sabido mantener la casa que le vió nacer y salvarla de la ruina y abandono al que está sometido Huidobro. Ahora, desde otra perspectiva y de la mano de S. Clemente, seguro que vuelve a ver salir el sol, todos los días por el Otero. Lágrimas serenas, por un hijo que se va. ... (ver texto completo)

Efectivamente, mis abuelos allí estaban. Los Terán. Aureliano y Catalina, subieron a Villaescusa, con sus animales. Recuerdo trillar con ellos dandole caña a la veldadora al Sr. Aureliano, caido en VILLAESCUSA a manos de un toro. Sus vacas trilladoras BONITA y CAPITANA. Por otro lado Catalina, prima de mi padre. Estos dias atrás, ha caido su hermano Mauro, también de Huidobro

Corría el año 1951, cuando sonaron las campanas de esta iglesia dedicada a S. Clemente, porque había una boda. La de mi madre. Unos dicen, que las campanas, se las llevaron en barco para América. Otros, que una esta en Pesadas y la otra en Porquera. Lo que sí es cierto es que el retablo está en el Museo del Retablo en la iglesia de San Esteban en Burgos. "Retablo de S. Clemente" "HUIDOBRO". Se "oyen campanas" de que se quiere arreglar esta iglesia. Ojalá "el querer sea poder" ¡Viva Huidobro! ¡Viva ... (ver texto completo)

Bellas palabras las suyas D. Luis. Al igual que su familia lleva HUIDOBRO en sus apellidos, la mía también. No hay vuelta de hoja, este apellido solo radica, de esta belleza natural, que es HUIDOBRO. Me alegra que haya completado su circulo. "Quien pierde sus orígenes, pierde su identidad". La Familia, siempre sigue y prosigue. Bienvenido a "su" pueblo.

Mis abuelos maternos, mi madre y sus hermanos son nacidos en HUIDOBRO. La familia conserva la casa. Mis abuelos MARIO y FELICIANA, regentaban la cantina- estanco, tantos y tantos años, hasta que se produjo lo que en tantos pueblos, la emigracion a las urbes. Efectivamente, la Hoya de Huidobro, tiene un silencio especial. Yo, medio Paparo, medio Mellero... ¡Burgales entero!