Ayer empezó el curso escolar y por primera vez en nuestra historia los niños en lugar de esperar a la puerta de las escuelas a la llegada del maestro, esperaban en la carretera a que un autocar los llevara a Cantalapiedra. Hay niños suficientes para mantener abierta nuestras escuelas, pero varias madres lo han querido así. Dicen las malas lenguas -haberlas haylas- que para tener más tiempo para ir a Peñaranda, a Capuchinos o al Tormes; otros creen que por el bien de los niños; yo, como en las bodas: ... (ver texto completo)