Felipe V modifica las reglas de sucesión quien, mediante un auto acordado de 10 de mayo de 1713, anteponía el derecho de todos los varones al de las hembras, en lo que se llamó la Ley Sálica que regula la sucesión por línea masculina directa y, a falta de ésta, por la línea colateral. Con esta disposición el monarca pretendía evitar que en el futuro la Corona recayese de nuevo en un Habsburgo.
Carlos IV en Cortes de 1787 quiso derogar la Ley Sálica pero la ley no llegó a publicarse.
Fernando VII, estando al fin pendiente del nacimiento de un heredero tras infructuosos intentos, no quiso que la posibilidad de que fuese niña originase problemas de sucesión respecto de su hermano don Carlos de ahí que publicase la modificación hecha por su padre mediante una pragmática sanción expedida en abril de 1830.
Fernando VII, estando agonizante en 1832, el ministro de Gracia y Justicia, logró que el Rey firmara un documento en el que se derogaba la pragmática sanción y con el que se revocaban las disposiciones testamentarias del Monarca concediendo la regencia a su viuda Mª Cristina. Aunque pretendió mantenerlo en secreto para garantizarse el éxito de la medida, los partidarios de don Carlos se apresuraron a hacerlo público, lo que motivó que la infanta Luisa Carlota interviniera para destruir dicho documento, de forma que, recuperado el Rey, provocó un cambio de gobierno y la Reina obtuvo la facultad de despachar los asuntos durante la enfermedad de su marido. Inmediatamente después el Monarca escribió un documento de su propia mano desautorizando el primero. La pragmática de Carlos IV quedaba con ello definitivamente refrendada.
Del manual de la Hª y del Derecho. (52)
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