Si hoy día se mantuvieran las penas con las que eran castigados nuestros antepasados, seguro que todos las rechazaríamos por su crueldad, arbitrariedad y desproporcionalidad. Los más débiles no tenían escapatoria, sin embargo los nobles y el alto clero estaban libres de ellas. "COMO HOY DÍA" con la salvedad que para las clases bajas se han suavizado y dentro de lo que cabe son más racionales.
Lo que no entiendo es como existe tanto tonto que no se entera de donde le llueve el dinero y nos la dan con queso. ¿A ver si los tontos somos nosotros?
Pero en fin, acudamos al tema que para ser doctor hace falta título universitario.
A la prueba del hierro candente preservado principalmente para delitos femeninos; abortar, embrujar, utilizar hechizos, matar al marido, hacer de alcahueta… si el que embruja o liga hombres o bestias es varón, se le esquila, azota y expulsa de la villa. El hierro ha de tener unas determinadas medidas para poder ser bien cogido que tras lavarse bien, secarse las manos a la vista de todos y recibir la bendición de un clérigo, debe caminar con el hierro en la mano nueve pasos y luego dejarlo a tierra, un juez vigila que el hierro esté bien caliente junto con un sacerdote cuya presencia tiene como objetivo evitar cualquier maleficio que quite su virtud al hierro. Tras dejar el hierro, el juez le cubre la mano con cera y un paño de lino, seguidamente se la lleva el juez a su casa, pasados tres días se le quita el paño. Si la mano está quemada se le considera culpable….
Al papel de la mujer que varía según el grupo étnico o social al que pertenece; forzar a una puta pública no tenía castigo; la violencia contra una mora ajena se paga lo mismo que si se hace a una soltera; la violación de soltera se paga con multa, si es sobre casada se castiga con pena de muerte en la hoguera y la pérdida de todos los bienes, si la mujer es consentidora (estando casada), se quema a los dos y si la forzada es una monja, el culpable es despeñado. La bigamia se castiga para el hombre con ser despeñado y la mujer quemada. Si el marido encuentra a la mujer con otro puede dar muerte a los dos sin incurrir en pena alguna pero si ataca a uno y deja libre al otro se le declara homicida.
A la función de almotacén, encargado del control de medidas del mercado tanto de vino, aceite, sal o cebada, las pesas y medidas de carniceros, tenderos, taberneros, panaderos, pescaderos, montaneros, olleros, tejeros de teja y ladrillos, aguaderos o azacanes, leñadores, caleros y revendedores, que revisará cada semana para evitar fraudes. Debe permanecer todo el día en la plaza por si alguien se querella contra los vendedores, vigilar que las calles estén limpias, que no se tire basura; el incumplimiento de estos trabajos o el cobro privado se castiga con el corte de orejas, el esquileo del pelo y el hostigamiento por todas las calles de la villa.
A la presencia de lidiadores a sueldo. La lid estaba regulada para evitar engaños; si alguien se excusaba de lidiar por estar herido debía mostrar la herida o es obligado a combatir; si la excusa es justa podía buscar a quien combata por él en el plazo de nueve días, y en todos los casos el retado puede combatir, él o su campeón, contra caballero o contra peón, elegido entre quince que le presenten los alcaldes. Formada la pareja, esa noche velan las armas, al día siguiente oyen misa, se retan y entran en el campo de la lid donde podrán combatir en un máximo de tres días, pasados los cuales se considera libre de culpa al retado. Cada día salen al campo para comer juntos y vigilados por el juez, responsable que al día siguiente vuelvan a combatir con las armas tal y como las tenían el día anterior. El combate a sueldo recibe veinte metcales por su trabajo si vence y diez si es derrotado, cantidad que es entregada a la viuda o a los hijos en caso de muerte.
De la H. de Salamanca. (21)
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