Romance de don Androjas
Se despertó don Androjas
en mañana soleada.
Preguntó por la petaca
Antes de dejar la cama.
Como le diera la tos,
y el orinal no encontraba,
reclamó a voz en grito:
¡Que me suban la petaca!
Aquella mañana hermosa
como hermosa es la Montaña,
cabalgaba don Androjas
a lomos de una burra parda.
Estaba preñada la burra,
o al menos eso pensaban:
Que le trajeron un macho
de seis meses ya pasaba.
Fueron a Prioro a por él
y vinon por La Collada.
Bajaron a Mogovejo
Que es más fácil la llanada.
Eran un borrón muy burro,
Un pollino muy dotado
de lo que voy a decir…
O que mejor… me lo callaba.
Que hay niños en la plaza
jugando al esconderite.
Y mujeres muy severas,
que siempre andan al quite.
Estaba haciendo la ‘O’
por el Camino nuevo La Cuesta.
Y en llegando a Las Lagunas
para la izquierda torció.
Subió hacia las Camperas
Gran panorama allí vio.
Desde Fresno hasta la Loma,
de Montecillo a Lojanos,
desde la Loma a la Braña,
desde el Coto hasta los Llanos.
Por la Ribera de Cea:
se intuye allí Taranilla
Se ve el Puente y Carrizal
Y parte de la Ribera
Allí pie a tierra pone, don Androjas
con exquisito cuidado,
por ‘descasar’ a la su burra,
que el tiempo ya es avanzado
De cumplirse y de parir.
Y no quiere un desaguisado.
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