LA IGLESIA SAN MARTIN OBISPO.
La luz estaba encendida, los bancos se hallaban desiertos, sobre una palmatoria he visto una vela encendida, un misal abierto y un medallón de la Virgen de la Piedad. Un olor a perfume reinaba en el templo, el altar está lleno de polvo y algunos bancos tienen las tablas carcomidas.
Me levanto del maltrecho banco y veo el gran portón que da a un antiguo cementerio destruido por los años. Entonces subo por su estrecha y oscura escalera, a su alta torre, toco con fuerza ... (ver texto completo)
La luz estaba encendida, los bancos se hallaban desiertos, sobre una palmatoria he visto una vela encendida, un misal abierto y un medallón de la Virgen de la Piedad. Un olor a perfume reinaba en el templo, el altar está lleno de polvo y algunos bancos tienen las tablas carcomidas.
Me levanto del maltrecho banco y veo el gran portón que da a un antiguo cementerio destruido por los años. Entonces subo por su estrecha y oscura escalera, a su alta torre, toco con fuerza ... (ver texto completo)
Hace varios años, que por una gracia especial del Señor, se ma ha encomendado acompañar a las pocas gentes de muchos pueblos pequeños en Semana Santa, para celebrar LA PALABRA en sus Iglesia locales y he pasado mucho frío. Todas ellas son autenticas neveras para el cuerpo; pero os aseguro que los corazones sienten un calorcillo especial que solamente Dios es capaz de comprender.
Un abrazo a San Martín...
Un abrazo a San Martín...