En el mes de agosto del presente año, recibí un regalo: Un libro. Si recibir un regalo siempre es cosa agradable, recibir como obsequio un libro del mismo autor que lo ha escrito, es doblemente de agradecer. Lo leí con los cinco sentidos puestos en cada una de las narraciones y quedé fascinado por la lectura sencilla y de fácil verbo, que encontré en su contenido aparte de buen humor e ironía con el que nos cuenta la vida de ese pueblo aragonés tan dejado de la mano de Nuestro Señor, como tantos ... (ver texto completo)