Esta
noche acabo de volver a
Málaga, despues de haber pasado 15 inolvidables dias en Mones. Cada día, a veces por la mañana y luego por la tarde, caminaba hasta
Pesquerín. Subir hasta allí sin dudarlo es uno de los mayores placeres de la vida y si al llegar al
pueblo tropiezas con alguno de sus vecinos entonces tu caminata está doblemente recompensada. Todos ellos son personas maravillosas, acogedoras como nunca sentí en otro lugar, Sabino, Francisco, la vecina de la primera
casa...
Esta tarde eché
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