Coral del Gran Baal
Cuando Baal crecía en el albo seno de su madre,
ya era el
cielo tan lívido, tan sereno y tan grande,
tan
joven y desnudo, tan raro y singular
como lo amó Baal cuando nació Baal.
Y el cielo seguía siendo alegría y tristeza
aunque Baal durmiera
feliz y no lo viera,
aunque ebrio Baal, violeta era de
noche,
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