Érase una vez unos niños ilusionados por superarse asimismo. Largas tardes de verano. Una era que parecía grande y no lo era, con su empedrado y su pradera y otras almohadillada por el tamo de una palva; sobre su superficie unos niños queriendo ser mayores y convertirse en hombre forzudos. Nació en nuestra mente el esculturismo por ese afán de emularlos. Hombres estilitas con brazaletes en los brazos, un escudo y una espada, luchando para vencer y convertirse en el más fuerte. Aquello era "Jugar
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Domingo esto crece de día en día.
He visto las
fotos de la
matanza y son recuerdos muy bonitos.
Tu forma de contar esas historias y recuerdos hacen aflorar sentimientos gratos.
Como dices casi siempre nos juntabamos los 6 o 7 primos y pienso que fuimos afortunados de vivir en esa época y lugar.
Abrazos para Manolo, Pedro, Antonio, Victor y para ti, de Pedro Moyano Nieto