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Mensajes enviados por José Mel Z..L.:

¿cuantos habitantes tiene Sariego?
Juan Damasceno andaba solo, sumergido en un angustioso silencio, como un castaño centenario de cavernas infinitas a quien han despojado de todo el verdor de sus ramas. Llego a machacarse los dedos de un pie, delante del capataz Avelino Llameral (en lo que nadie dudo en interpretar como un fortuito accidente), para no tener que subir cada mañana hasta la mina. Se entrego entonces a la extraña tarea de construirles un gallinero a las cuatro gallinas que deambulaban sin hogar por el huerto y alli se ... (ver texto completo)
Juan Damasceno Corralon Antayo se fue haciendo hermetico. Dejo de afeitarse. Su mirada se torno extraviada y escurridiza. Lo envolviendo una densa nube de total indiferencia por todo lo que no fuera el gallinero o los paños humedos de Clara. Parecia estar entregado al inedulible cumplimiento de alguna misteriosa ultima voluntad.
Una mañana se cruzo en las escaleras con Amelia Chanzaina. Esta lo sujeto por el brazo y le dijo que el celebro se le estaba llenando de telarañas. El, sin atreverse a mirarla, ... (ver texto completo)
Seguia multiplicandose anarquicamente la fronda de ligustros y helechos, el ejercito de ortigas y cambroneras y los batallones perennes de encantos, sobre las innumeras capas de hojarasca putrefacta, mientras el reuma conturbaba la orientacion de los cuerpos, que se arrastraban por las cuestas pedregosas en busca de la atalaya resolana de las fuentes.
Los humildes colirrojos tizones abarrotaban los alfeizares en busca de los restos de borona. Los altivos colirrojos reales, sin embargo, surcaban ... (ver texto completo)
Juan Damasceno andaba solo, sumergido en un angustioso silencio, como un castaño centenario de cavernas infinitas a quien han despojado de todo el verdor de sus ramas. Llego a machacarse los dedos de un pie, delante del capataz Avelino Llameral (en lo que nadie dudo en interpretar como un fortuito accidente), para no tener que subir cada mañana hasta la mina. Se entrego entonces a la extraña tarea de construirles un gallinero a las cuatro gallinas que deambulaban sin hogar por el huerto y alli se ... (ver texto completo)
Praxedes y Rufo se sentaban por las noches frente a la ventana del callejon a repasar fatigas y enhebrar presentimientos. Desde que don Jacinto, el medico, les habia advertido que lo de Clara podia acabar en lo peor, los dos padecian un insomnio desolador que algunas noches les hacia velar sus inquietudes hasta el amanecer.
Praxedes Moro, por debajo de los parpados, fue criando unas ojeras lividas y abohetadas, los huesos de la cara se le hicieron mas evidentes y andaba todo el dia ensimismada por ... (ver texto completo)
Seguia multiplicandose anarquicamente la fronda de ligustros y helechos, el ejercito de ortigas y cambroneras y los batallones perennes de encantos, sobre las innumeras capas de hojarasca putrefacta, mientras el reuma conturbaba la orientacion de los cuerpos, que se arrastraban por las cuestas pedregosas en busca de la atalaya resolana de las fuentes.
Los humildes colirrojos tizones abarrotaban los alfeizares en busca de los restos de borona. Los altivos colirrojos reales, sin embargo, surcaban ... (ver texto completo)
En el taller de Remedios se hacian calados, entredoses, filetones, recamos, escamadas, estofos y lomillos y, a veces, hasta chocolate con churros o suspiros de limon. Por alli andaban Digna Emerita y su hermana Remedios, las tres Odaliscas, Aida y Soledad, Felicitas Varela y las castellanas Lucia Pascual y Zenaida Cordero.
A Remedios Guisasola, ciertamente, le quedaba lejos el jardin ambarino donde su padre inventaba sofismas sobre la humanidad de las rosas, pero no pasaba una tarde sin que recordara ... (ver texto completo)
Praxedes y Rufo se sentaban por las noches frente a la ventana del callejon a repasar fatigas y enhebrar presentimientos. Desde que don Jacinto, el medico, les habia advertido que lo de Clara podia acabar en lo peor, los dos padecian un insomnio desolador que algunas noches les hacia velar sus inquietudes hasta el amanecer.
Praxedes Moro, por debajo de los parpados, fue criando unas ojeras lividas y abohetadas, los huesos de la cara se le hicieron mas evidentes y andaba todo el dia ensimismada por ... (ver texto completo)
Hola soy hija de modesta como se puede cumunicar la ama con vosotras seria una ilusion muy grande para ella
Hola, tienes que poner mas datos, para intentar orientarte, por aqui, como puedes ver, anda poca gente en estos momento, pero hay otras paginas donde puede que encuentres lo que buscas.
Alvarina Odalisca tenia los gestos afilados, un cierto arrebol permanente en las mejillas y el inconfundible olor de los espigones de maiz en el cuerpo.
Eliseo Fernandez Barrial, el pacato mellizo de la afable Maria Gloria, se hizo novio de Alvarina Odalisca. Fue una forma de salir del tedio, el macanismo util para burlar por un tiempo la rueda de la desidia (el milagro del amor que rompe con el monotono concierto del tiempo y la eterna letania del hastio).

De mi pecho surgen gritos de alegria
y ... (ver texto completo)
En el taller de Remedios se hacian calados, entredoses, filetones, recamos, escamadas, estofos y lomillos y, a veces, hasta chocolate con churros o suspiros de limon. Por alli andaban Digna Emerita y su hermana Remedios, las tres Odaliscas, Aida y Soledad, Felicitas Varela y las castellanas Lucia Pascual y Zenaida Cordero.
A Remedios Guisasola, ciertamente, le quedaba lejos el jardin ambarino donde su padre inventaba sofismas sobre la humanidad de las rosas, pero no pasaba una tarde sin que recordara ... (ver texto completo)
Hola y buenas tardes para todos.
Jose Ramon, me alegra saber de tus padres y que estan ahi con vosotros, es mejor asi, pues me parece que ya no seria oportuno dejarlos solos, hay que cuidar de ellos todo lo que sea, pues bien se lo merecen.
Ale un abrazu para todos vosotros.
Placida Iglesias siguio transmitiendole a Julia Odalisca los deseos de perdon de su padre (el reprobo Fidel, madreñero ilustre), pero esta no atendia a razones y continuaba afirmando que ella se pasaba los asuntos de los muertos por lo mas blando de su noble horcajadura.
En cuanto Julita Odalisca supo que el espectro de su padre andaba por alli dando que hablar y que la gente sostenia que, por el bien de la parroquia, no deberia de contrariarse la voluntad de los muertos, reunio a todos sus hijos ... (ver texto completo)
Alvarina Odalisca tenia los gestos afilados, un cierto arrebol permanente en las mejillas y el inconfundible olor de los espigones de maiz en el cuerpo.
Eliseo Fernandez Barrial, el pacato mellizo de la afable Maria Gloria, se hizo novio de Alvarina Odalisca. Fue una forma de salir del tedio, el macanismo util para burlar por un tiempo la rueda de la desidia (el milagro del amor que rompe con el monotono concierto del tiempo y la eterna letania del hastio).

De mi pecho surgen gritos de alegria
y de mi alma rafagas de luz.

Eliseo Fernandez sabia de epanadiplosis, concatenaciones y retruencanos (que el lenguaje sufre de muchas y muy raras enfermedades).
El poeta Eloiseo lo mismo hacia versos saficos que quintillas, lo mismo le escribia un romance a la santa Menedora como llenaba papeles con endechas, espineles y silvas dedicadas a la memoria mitologica del bosque o a la impotencia de los recuerdos. Pero lo que mas hinchaba la complacencia literaria de Eliseo era discurrir sonetos para su adorable Alvarina.
El mellizo Eliseo debia su habilidad, en gran parte, a las enseñanzas del maestro Conrado Varela, que descubrio muy pronto las inclinaciones liricas del mellizo.
El maestro Conrado Varela le habia regalado a Eliseo un manual de Literatura Preceptiva, y Practica Comparada para que siguiera cultivando el arte de la poesia.
En casa del maestro Conrado Varela tambien los dias y las noches se iban deslizando, como en un arroyo de palida luz, sin dejar mas rastro que el cansancio de los huesos.
En aquellas aromaticas noches del verano lluvioso, con la Escuela cerrada y el torpor de la inactividad abotargando los cuerpos, Remedios Guisasola y Conrado Varela se sentian envejecer por momentos. Quedaban muy lejos aquellas azafranadas tardes de otoño, en el jardin ambarino de la casa del bienquisto profesos Nicario Guisasola, con el sabor de los azules vientos marinos en las palabras, cuando el joven maestro, con su traje de lino, cortejaba a la ruborosa Remedios, que bordaba interminables manteles de panama sin levantar la mirada mas que para ahuyentar, de vez en cuando, los malos pensamientos. Y tambien quedaba lejos, muy lejos, aquellas sesiones en el cinematografo Fandiño, a donde se acercaban a ver La mascara de los dientes blancos o Los misterios de Nueva York.
Conrado Varela iba matando algo el tiempo con las sesiones que dirigia, en el recien creado Ateneo Minero, sobre aritmetica y geografia.
Remedios Guisasola enseñaba, por las tardes, las tecnicas del bordado y la pasamaneria a las jovenes del pueblo. ... (ver texto completo)
Y los dias iban pasando sobre Peñafonte al mismo ritmo invariable que lo habian hecho siempre. El tedio de cada dia arrastraba tras de si la impostura de cada noche y asi se iba hilvanando sobre los hogares encogidos la letania del tiempo.
El viento flagelaba los arroyos y la lluvia iba gastando irremisiblemente la tierra.
Las gentes guardaban las penas cerca de los contentos, la profusa resignacion al lado de la exigua violencia (que la humedad hace a los hombres mansos de corazon) y la pasion ... (ver texto completo)
Placida Iglesias siguio transmitiendole a Julia Odalisca los deseos de perdon de su padre (el reprobo Fidel, madreñero ilustre), pero esta no atendia a razones y continuaba afirmando que ella se pasaba los asuntos de los muertos por lo mas blando de su noble horcajadura.
En cuanto Julita Odalisca supo que el espectro de su padre andaba por alli dando que hablar y que la gente sostenia que, por el bien de la parroquia, no deberia de contrariarse la voluntad de los muertos, reunio a todos sus hijos ... (ver texto completo)
Buenos dias Jose Mel. Espero que todo este bien por el norte. Un fuerte abrazo y a cuidarse.
Hola y buenas tardes Jose Ramon, bueno, pues por esti nuestru norte, por fin se nos fue el calor y nos llego el agua, ¡quien pudiera decir que ya lo estabamos deseando!, increible pero cierto, pues pasamos unos cuantos dias de mucho calor.
Por lo demas, todo normal, que no es poco.
Tambien para ti un fuerte abrazu.
-Escucha, hombre melancolico, no malgastes tu tiempo en mendigar explicaciones para tus desconciertos. La Tierra se mueve a gran velocidad y es normal que los hombres andeis por ella siempre trastabillantes. A los arboles se les caen las hojas y a vosotros se os desperdigan los pensamientos.
-No intentes, hombre de mirada inmovil, recomponer tus recuerdos, pues estan demasiado adulterados por la angustia, retorcidos en una historia incompleta, inacabados como los sueños.
-No te empeñes en ver ni ... (ver texto completo)
Y los dias iban pasando sobre Peñafonte al mismo ritmo invariable que lo habian hecho siempre. El tedio de cada dia arrastraba tras de si la impostura de cada noche y asi se iba hilvanando sobre los hogares encogidos la letania del tiempo.
El viento flagelaba los arroyos y la lluvia iba gastando irremisiblemente la tierra.
Las gentes guardaban las penas cerca de los contentos, la profusa resignacion al lado de la exigua violencia (que la humedad hace a los hombres mansos de corazon) y la pasion ... (ver texto completo)
Se besaron con melancolia, degustando la dicha de estar cerca, evitando el suspiro, mezclando en la humedad de los labios lo real y lo imposible. Las leyes de este mundo se resquebrajaban, una y otra vez, sin ningun efecto aparente, lo mismo se parte la roca mas dura que se desgarra el corazon mas potente, ayer sesteaba en el patio el balanceo de lo imposible y hoy se intercambia el calor real de los cuerpos, y mañana seguira lloviendo sobre la tierra sin que se sepa muy bien el porque, quiza para ... (ver texto completo)
-Escucha, hombre melancolico, no malgastes tu tiempo en mendigar explicaciones para tus desconciertos. La Tierra se mueve a gran velocidad y es normal que los hombres andeis por ella siempre trastabillantes. A los arboles se les caen las hojas y a vosotros se os desperdigan los pensamientos.
-No intentes, hombre de mirada inmovil, recomponer tus recuerdos, pues estan demasiado adulterados por la angustia, retorcidos en una historia incompleta, inacabados como los sueños.
-No te empeñes en ver ni ... (ver texto completo)
A la viuda Dulce Nombre de Maria le estaba latiendo el corazon con mucha celeridad y con no demasiada misericordia haciendola olvidar el desatino de ciertas intenciones.
-Perdoname Dulce, por pensar solo en mi.
-Hace un momento yo pensaba en ti, sentada en la mecedora de mimbre. Quiza mi alma, si ha de penar algun dia, lo haga sobre esa mecedora de mimbre.
Ella tambien estaba sola, pero comprendia que su soledad no era la misma que la de Juan. Ella poseia mas capacidad para disfrutar al maximo ... (ver texto completo)
Se besaron con melancolia, degustando la dicha de estar cerca, evitando el suspiro, mezclando en la humedad de los labios lo real y lo imposible. Las leyes de este mundo se resquebrajaban, una y otra vez, sin ningun efecto aparente, lo mismo se parte la roca mas dura que se desgarra el corazon mas potente, ayer sesteaba en el patio el balanceo de lo imposible y hoy se intercambia el calor real de los cuerpos, y mañana seguira lloviendo sobre la tierra sin que se sepa muy bien el porque, quiza para ... (ver texto completo)
Saludos yocayu
Hola tocayu, me alegro de verte por aqui, se te ve muy poco, el otru dia entraste, te dije hola y hasta hoy no apareciste, ala hasta cuando quieras.
Dulce Nombre se arrodillo ante el y le cogio las manos. Estaban frias y asperas y las acaricio con profunda delicadeza. Juan trato de besarla, pero ella se incorporo para evitar el contacto.
-No eres justo, Juan.
-Me encuentro solo.
- ¡Que sabras tu de soledad!
-Siempre estuve solo en medio de la gente.
Dulce Nombre busco referencias para sostener su amor y encontro cientos de ellas, pero todas demasiado etereas, animicas, casi magicas, ninguna que pudiera aclarar su indecision. Por un momento ... (ver texto completo)
A la viuda Dulce Nombre de Maria le estaba latiendo el corazon con mucha celeridad y con no demasiada misericordia haciendola olvidar el desatino de ciertas intenciones.
-Perdoname Dulce, por pensar solo en mi.
-Hace un momento yo pensaba en ti, sentada en la mecedora de mimbre. Quiza mi alma, si ha de penar algun dia, lo haga sobre esa mecedora de mimbre.
Ella tambien estaba sola, pero comprendia que su soledad no era la misma que la de Juan. Ella poseia mas capacidad para disfrutar al maximo cada momento y saborearlo despues, bajo el tilo, en las horas vacias. Recordo las caricias de Maura, la explosion de ternura de sus cuerpos ardientes, el delicado placer del misterio desvelado, y sintio cierta culpa cosquilleandole el cuerpo. Entonces añadio a su amor por Juan un nuevo sentimiento, el de la compasion, y como tanto el amor como la piedad provocan ternura, la hermosa Dulce Nombre, agobiada por el alboroto de un corazon desbocado, desparramo, sin ninguna consideracion, un copioso manantial de ternura sobre la angustiosa soledad de Juan Damasceno.
Juan se dejo acariciar y besar como un niño herido.
Ninguno de los dos habia sabido burlar las comandulas de la vida y, en su relacion, siempre extraña, solo se habian comprometido con la posesion de cada instante (perdido uno en la busqueda de verdades supuestamente mas consistentes e indefensa la otra ante la certidumbre del amor efimero). A Juan le habian asediado los remordimientos y a Dulce la desesperanza. Son destinos que se cruzan y no aciertan a sostener su mutua falta de consistencia.
-No debemos empezar de nuevo. No podria soportarlo.
-No, claro que no. ... (ver texto completo)
-Pareces estar puesta por el cielo para indicar el camino a los extraviados.
-Por aqui no pasa nadie. Solo algun loco como tu que confunde el camino. ¿Que quieres?
- No lo se.
Dulce Nombre lo miro fijamente a los ojos, como dejando en ellos prendido algun ancestral mensaje, y entro en casa.
El follaje de los helechos que rondaba las tapias murmuro algo y los sapos enmudecieron.
Juan recordo los dias en que Ursula le obligaba a beber, en ayunas, aquel brebaje infernal de leche de burra, trebol ... (ver texto completo)
Dulce Nombre se arrodillo ante el y le cogio las manos. Estaban frias y asperas y las acaricio con profunda delicadeza. Juan trato de besarla, pero ella se incorporo para evitar el contacto.
-No eres justo, Juan.
-Me encuentro solo.
- ¡Que sabras tu de soledad!
-Siempre estuve solo en medio de la gente.
Dulce Nombre busco referencias para sostener su amor y encontro cientos de ellas, pero todas demasiado etereas, animicas, casi magicas, ninguna que pudiera aclarar su indecision. Por un momento penso en confesarle todo a Juan, gritarle que ella podria tener la solucion a tanta soledad, en sus entrañas, creciendo despacio (como crecen los resalvos, elegidos entre un millon, sobre la ojarasca del bosque). Pero amaba demasiado a aquel hombre para someterlo a un nuevo desconcierto.
-Yo tambien me siento sola.
-Mi soledad es una forma de vida. Nunca pude quitarmela de encima, desde que llegue a este pueblo montado en el caballo del cura Lubencio. La sentia crecer a mi lado en las noches de insomnio provocadas por la presencia de una madre durmiendo con los ojos abiertos. La sentia en la escuela, cuando el maestro Conrado hablaba del misterioso origen de la vida. Y en las tardes lluviosas, en la Rectoral, aprendieno (como dice Felicia) el inutil idioma de los angeles, incomitatus. El latin solo me ha servido para inflar de suntuosidad los dialogos conmigo mismo. Tambien en la guerra africana, disparando sin saber el porque ni contra quien, en aquellas tierras del otro mundo, baldias y ardientes. Si hay infierno debe de andar por aquellos lugares. Muerdo cada dia mi soledad atrapado en el polvo de la rampa y, estos dias, delante de la cama de Clara, escuchando su tos farraqgosa que me retuerce la voluntad.
-Parece que te lo hayas aprendido de memoria para venir a soltarmelo aqui.
-Claro que me lo se de memoria. Si, quiza haya venido a eso.
- ¿A que?
-A contarte lo solo que estoy. ... (ver texto completo)
Buena semeya
Hola tocayu, buenes tardes, me alegra verte por aqui.
Si señor, la foto ye muy guapa, pero si el modelo ye guapo, la foto tambien lo tien que ser.
-He visto muy buenas rosas en el huerto, contra la pared trasera de la caballeriza. Has de llevarle algunas a Orestes, cuando escampe, y de paso limpias un poco aquello, que las hierbas ya estan tapando la losa.
Seguia lloviendo sobre el farrago de los vivos y sobre el sosiego de los muertos. El monte se llenaba de argayos y el pueblo de barro. (El barro es como la costra del desden que llena la tarde).
La beata Maria Felicia, que llevaba en su bocio insolente la señal inequivoca del respeto a ... (ver texto completo)
-Pareces estar puesta por el cielo para indicar el camino a los extraviados.
-Por aqui no pasa nadie. Solo algun loco como tu que confunde el camino. ¿Que quieres?
- No lo se.
Dulce Nombre lo miro fijamente a los ojos, como dejando en ellos prendido algun ancestral mensaje, y entro en casa.
El follaje de los helechos que rondaba las tapias murmuro algo y los sapos enmudecieron.
Juan recordo los dias en que Ursula le obligaba a beber, en ayunas, aquel brebaje infernal de leche de burra, trebol ... (ver texto completo)
-Mauricia, te amo. Soy un esclavo encadenado al ritmo melodioso de tus caderas, a la radiante armonia de tu mirada y a tu acrisolada voz de rocio que inspira, cada noche, las quejumbrosas notas de un violin.
-No digas tonterias, Jacobo, y anda para fuera que aun es pronto para empezar a despachar aguardiente.
-No es aguardiente lo que yo te pido, y tu lo sabes, posadera, sino amor, ese amor que arde en tus ojos y consume hasta el jugo de las flores.
-Pues no quiero que vuelvas por aqui si no es ... (ver texto completo)
-He visto muy buenas rosas en el huerto, contra la pared trasera de la caballeriza. Has de llevarle algunas a Orestes, cuando escampe, y de paso limpias un poco aquello, que las hierbas ya estan tapando la losa.
Seguia lloviendo sobre el farrago de los vivos y sobre el sosiego de los muertos. El monte se llenaba de argayos y el pueblo de barro. (El barro es como la costra del desden que llena la tarde).
La beata Maria Felicia, que llevaba en su bocio insolente la señal inequivoca del respeto a ... (ver texto completo)
- ¿Y ahora? ¿Llevo algo escrito en la frente?
Aquella pregunta a Juan le sonaba a desafio. Se fue hacia la ventana. Estaba empezando a llover. El tonto Alarico corria, apurado, detras de una vaca, camino de la fuente. Comenzaba a revivir el rojo-y-negro de los tejados. Brillaba al fondo el maiz. Penso que las palabras deberian ser libres y ligeras y no zambullirse para siempre en el tremedal de la memoria. Se volvio.
- ¡Venga, dime que lees en mi frente!
-No se, tal vez desencanto.
A Amelia le ... (ver texto completo)
-Mauricia, te amo. Soy un esclavo encadenado al ritmo melodioso de tus caderas, a la radiante armonia de tu mirada y a tu acrisolada voz de rocio que inspira, cada noche, las quejumbrosas notas de un violin.
-No digas tonterias, Jacobo, y anda para fuera que aun es pronto para empezar a despachar aguardiente.
-No es aguardiente lo que yo te pido, y tu lo sabes, posadera, sino amor, ese amor que arde en tus ojos y consume hasta el jugo de las flores.
-Pues no quiero que vuelvas por aqui si no es ... (ver texto completo)
Tomas parecia un hombre nuevo. Amelia le habia cortado el pelo, arreglado la barba y sustituido los faragüeyos por camisas nuevas. Habia incluso algo de risueño en su nuevo empaque.
Amelia llevaba el pelo corto y unos pendientes de azabache con colgaduras de oro que su padre habia recuperado para ella de la arqueta de cerezo con herrajes de cobre y bordes laqueados donde dormian, entre hojas secas de asquerilla y polvo, todos los enseres y recuerdos de la difunta Emelinda.
Amelia tenia un rostro ... (ver texto completo)
- ¿Y ahora? ¿Llevo algo escrito en la frente?
Aquella pregunta a Juan le sonaba a desafio. Se fue hacia la ventana. Estaba empezando a llover. El tonto Alarico corria, apurado, detras de una vaca, camino de la fuente. Comenzaba a revivir el rojo-y-negro de los tejados. Brillaba al fondo el maiz. Penso que las palabras deberian ser libres y ligeras y no zambullirse para siempre en el tremedal de la memoria. Se volvio.
- ¡Venga, dime que lees en mi frente!
-No se, tal vez desencanto.
A Amelia le ... (ver texto completo)
Clara Luz Fernandez Moro parecia triste y decaida, aunque conservaba cierta frescura en los perfiles del rostro. La fiebre no abandonaba su cuerpo, ya muy fragil, y la tos arreciaba cada noche con mas fuerza.

-A veces me acompañaba Digna Emerita, cuando llevaba las vacas a pastar a los prados de Los Pontones. Nos sentabamos juntas sobre la hierba a imaginar cosas tristes y llorabamos con gran sentimiento para derramar muchas lagrimas que nos lamiamos mutuamente en el angulo de los ojos, que es ... (ver texto completo)
Tomas parecia un hombre nuevo. Amelia le habia cortado el pelo, arreglado la barba y sustituido los faragüeyos por camisas nuevas. Habia incluso algo de risueño en su nuevo empaque.
Amelia llevaba el pelo corto y unos pendientes de azabache con colgaduras de oro que su padre habia recuperado para ella de la arqueta de cerezo con herrajes de cobre y bordes laqueados donde dormian, entre hojas secas de asquerilla y polvo, todos los enseres y recuerdos de la difunta Emelinda.
Amelia tenia un rostro ... (ver texto completo)
-Al madreñero Fidel Odalisco, el padre de Julia Odalisca, lo sorprendio la tormenta a la altura de la vieja mina de la Esquilera y en ella se refugio, pero un rayo le hizo justicia y la tierra se le vino encima sin que le diera tiempo ni a cerrar los ojos; el que se habia pasado el tiempo haciendo madreñas de aliso y gaxapos de abedul para evitar el peligro de trabajar en las minas.
-Al padre de Efren Alonso y marido de Humbertina, don Porfirio, se lo comieron los lobos en el Puerto de San Isidro. ... (ver texto completo)
Clara Luz Fernandez Moro parecia triste y decaida, aunque conservaba cierta frescura en los perfiles del rostro. La fiebre no abandonaba su cuerpo, ya muy fragil, y la tos arreciaba cada noche con mas fuerza.

-A veces me acompañaba Digna Emerita, cuando llevaba las vacas a pastar a los prados de Los Pontones. Nos sentabamos juntas sobre la hierba a imaginar cosas tristes y llorabamos con gran sentimiento para derramar muchas lagrimas que nos lamiamos mutuamente en el angulo de los ojos, que es ... (ver texto completo)
Hay que mirar el miedo a la cara.

GIORGIO NARDONE.
El ignorante tiene valor, el sabio miedo.

ALBERTO MORAVIA.
No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo.

MICHEL E. DE MONTAIGNE.
El miedo es el mas peligroso de los sentimientos colectivos.

ANDRE MOUROIS.
No es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo.

NELSON MANDELA.
El miedo hace a los hombres creer lo peor.

CURZIO MALAPARTE.
Se pisotea aquello que antes fue muy temido.

LUCRECIO.
El miedo siempre esta dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.

TITO LIVIO.
El miedo es el peor enemigo. El miedo mina tus autodefensas.

GHISLAINE LANCTOR.
Jamas negociemos con miedo, pero jamas temamos negociar.

JOHN F. KENNEDY.
¡No tengais miedo! Abrid de par en par las puertas a Cristo.

JUAN PABLO II.
El miedo gusta de la idea de peligro.

JOSEPH JOUBERT.
La ignorancia es madre del miedo.

HENRY JAMES.
Al que vive temiendo, nunca le tendre por libre.

HORACIO.
Solo se tiene miedo cuando no se esta de acuerdo con uno mismo.

HERMANN HESSE.
El corazon que esta lleno de miedo, ha de estar vacio de esperanza.

FRAY ANTONIO DE GUEVARA.
El miedo es para el espiritu tan saludable como el baño para el cuerpo.

MAXIMO GORKI.
La violencia es el miedo a los ideales de los demas.

MAHATMA GANDHI.
El miedo a perder nos hace perder.

ANTOINE FILISSIADIS.
El miedo siempre viene de la ignorancia.

RALPH W. EMERSON.
El oido es el organo del miedo.

ALBERT EINSTEIN.
El miedo de vivir y de morir es lo que envejece a las personas y no la edad.

DANIEL DEFOE.
El que nunca tuvo miedo no tiene esperanza.

WILLIAM COWPER.
Solo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.

PAOLO COELHO.
El miedo no es maestro del deber por largo tiempo.

MARCO TULIO CICERON.
El miedo de los mentirosos es el mas temible porque esconde siempre algo terrible.

ALEJANDO CASONA.