Juan Damasceno andaba solo, sumergido en un angustioso silencio, como un castaño centenario de cavernas infinitas a quien han despojado de todo el verdor de sus ramas. Llego a machacarse los dedos de un pie, delante del capataz Avelino Llameral (en lo que nadie dudo en interpretar como un fortuito accidente), para no tener que subir cada mañana hasta la mina. Se entrego entonces a la extraña tarea de construirles un gallinero a las cuatro gallinas que deambulaban sin hogar por el huerto y alli se ... (ver texto completo)
Juan Damasceno Corralon Antayo se fue haciendo hermetico. Dejo de afeitarse. Su mirada se torno extraviada y escurridiza. Lo envolviendo una densa nube de total indiferencia por todo lo que no fuera el gallinero o los paños humedos de Clara. Parecia estar entregado al inedulible cumplimiento de alguna misteriosa ultima voluntad.
Una mañana se cruzo en las escaleras con Amelia Chanzaina. Esta lo sujeto por el brazo y le dijo que el celebro se le estaba llenando de telarañas. El, sin atreverse a mirarla, ... (ver texto completo)
Una mañana se cruzo en las escaleras con Amelia Chanzaina. Esta lo sujeto por el brazo y le dijo que el celebro se le estaba llenando de telarañas. El, sin atreverse a mirarla, ... (ver texto completo)