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Mensajes de TURON (Asturias) enviados por José Mel Z..L.:

Si no me engaño me parece buena la siguiente proporcion: cinco partes de lectura, cuatro de meditacion, tres de escritura, que la lima reducira a dos, y de estas dos sacar solo una a la luz publica.

JUAN LUIS VIVES.
Nada es imposible al que practica la meditacion, con la meditacion nos hacemos dueños del universo.

LAO TSE.
La meditacion religiosa es el sentimiento mas intimo que el hombre puede experimentar.

MADAME DE STÂEL.
Ten paciencia y persevera en el santo ejercicio de la meditacion.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Quien no medita, es como el que no se mira nunca al espejo. No le importa salir desaliñado, pues, aun sin saberlo, puede haberse ensuciado.

SAN PIO DE PIELTRCINA.
Pronto creceras y seras abeja adulta y produciras miel. Cuando andes mal de tiempo, es mejor la meditacion que la oracion, pues es mas fructuosa.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
¿Por que os afligis si no llegais a meditar tal y como quisierais?

SAN PIO DE PIELTRECINA.
La meditacion no es un medio para elevarse hacia Dios, sino un fin. Tiende a amar a Dios y al projimo. Amad a Dios con toda vuestra alma y sin reservas.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
En los libros se busca a Dios. En la meditacion se le encuentra.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
El que medita, dirige sus pensamientos a Dios, espejo de su alma. Trata de conocer sus defectos. Hace lo posible por conseguirlos. Frena sus impulsos. Ordena su conciencia.

SAN PIO DEE PIELTRECINA.
Determinad cuanto durara la meditacion y no capituleis antes de tiempo, incluso a costa de grandes sacrificios.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Contentate, por ahora, de ser una abeja recien nacida.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Contentate de comenzado poco a poco hasta que tus piernas te consientan correr, mejor todavia, tus alas, volar. Date por satisfecho obedeciendo. Esto no es poco ni facil para un alma consagrada a Dios.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Aunque no logreis hacer una meditacion perfecta, no desistais por ello. Si las distracciones se multiplican, no os desanimeis. Ejercitaos en la paciencia, os enriqueceis lo mismo.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Amad al projimo como a vosotros mismos y habreis conseguido el fin principal de la oracion.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
La meditacion es una forma de contemplar el flujo de la vida desde fuera, de salirte de ti mismo y de ponerte en la posicion del testigo.

SALVADOR PANIKER.
Buscad leyendo y hallareis meditando.

SAN JUAN DE LA CRUZ
Es fundamental dedicar media hora a la meditacion; si estas muy ocupado, entonces precisaras una hora.

SAN FRANCISCO DE SALES.
La filosofia es una meditacion de la muerte.

ERASMO DE ROTTERDAM.
La plegaria es hablar a Dios; la meditacion es escuchar a Dios.

DIANA ROBINSON.
Al meditar no nos alejamos de la sociedad, no nos escapamos de ella, sino muy por el contrario, nos preparamos para reinsertarnos adecuadamente en ella.

THICH NHAT HANH.
La meditacion y la oracion alimentan el alma.

OG MANDINO.
A todo hombre le es concedido conocerse a si mismo y meditar sabiamente.

HERACLITO DE EFESO.
Recogimiento, padre divino de todo lo grande.

FRANZ GRILLPARZER.
Descubri el secreto del mar al meditar acerca de una gota de rocio.

KAHLIL GIBRAN.
La ciencia y la meditacion son los primeros grados del conocimiento y solo el extasis conduce a las verdades eternas.

ANATOLE FRANCE.
Los que leen mucho, mucho saben; pero los que observan y meditan saben a veces mucho mas.

ALEJANDRO DUMAS (HIJO)
Oir o leer sin reflexionar es una ocupacion inutil.

CONFUCIO.
Toda la vida de los filosofos es una meditacion sobre la muerte.

MARCO TULIO CICERON.
Quienes no meditan ni han aprendido a estar solos, viven en prision consigo mismos y tal vez tambien con otros.

THOMAS BROWNE.
La verdad en si misma solo puede ser alcanzada dentro de uno mediante la mas profunda meditacion y conciencia.

BUDA.
La lluvia dejaba la peste del tedio, contaminando el aire, calando los ánimos como un tumor incurable, y los corazones se iban tornando tibios, inevetablemente apáticos. Aquella tarde lucía el sol por encima de Los Pontones y sin embargo aún se masticaba el sabor del tedio del día antes.
Clara Luz Fernandez Moro, la niña de la mirada verde y quebradiza apariencia, la esposa de cuerpo grácil que un día habia sentido la dicha como un presentimiento, seguia esperando, entre carraspeos empalagosos, caricias de rocío y sueños de plata, sobre la cama de níquel y, mientras lo hacia, el verde de sus ojos se iba perdiendo en una lejanía incierta, alarmante, quizá preludio inapelable de la última y fatal indiferencia.
Clara Luz sintió en el zaguán las voces de Juan Damasceno y de su padre. Llegaban de la mina. Estaban negros y sudorosos, pues andaba la tarde calinosa y el aire espeso. Ambos subieron a ver a Clara antes de zambullirse en el agua del barcal.
Aida y Soledad salieron a la calle en busca de sus amigas (Veredigna Costales, Remedios Tuñón, Irmina Alonso y Julita Odalisca). Todas juntas corrieron hacia la Ermita para jugar a la cherrasquina o a la cochapeza o a zurriágame la melunga, bajo la higuera centenaria (que muchos eran los juegos que inventaban los niños de Peñafonte, quizá para espantar el tedio insufrible que acechaba en el aire y del que ellos aun no tenían noticia, indiferentes ante la indiferencia misma.
La anciana Angustias tenia la voz afilada y menuda, como el canto de un gorrión, salpicada de residuos de aire mal respirado.
-Son, Aida, como los sentimientos. Algunas, enardecidas con el calor de la danza, se tornan generosas y salen a prender su amor en algunos corazones apacibles. Otras, perfidas y maliciosas, recorren caseríos y poblados buscando a los niños más hermosos, transformándose en cuélebres (si su enfado es grande), pregonándoles el futuro infausto a las gentes, tornándose lavanderas para, mezcladas entre las jóvenes vírgenes, chapotear en el agua y acabar así confundiendo sus quereres.
- ¿Y son buenas las xanas, abuela?
-Las xanas, hijas, que son diosas o hadas o pensamientos, tienen los cabellos de oro y los extienden por entre las estrellas mientras los acarician con sus peines de nácar. Las xanas, hijas, que son divinas y humanas, como los sentimientos, llevan por trajes túnicas blancas, de plata, y su voz es como un trino mágico que embelesa. Lavan sus cadejos dorados en la espuma de las fuentes y los hilan, después, a la boca de sus cuevas, con ruecas tambien de oro, y van formándose las madejas en el espacio ... (ver texto completo)
-Abuela, cuéntanos otra vez lo de las xanas.
Angustias Goyera de la Fuente, viuda de Constantino Pigacios (cazador de lobos, raposos y mojaduras y burlador de diaños) sabía mucho más de lo que parecía caberle en aquella cabeza, corita y arrugada (que bien puede ser que la memoria no ocupe lugar y se sostenga aparte, como una vela encendida).
La abuela Angustias llenaba los dias de su nieta a base de decires y leyendas a los que también prestaban atención las pequeñas Aida y Soledad.
En la casa más próxima a las fuentes, la anciana Angustias maldecía cada segundo de dolor y zozobra en el cuerpo de su nieta Clara. Le limpiaba el sudor con paños humedecidos en agua de la Muria y le hacía tomar, sorbo a sorbe, caldo de gallina vieja y acebo hervido.
La Peña del Cuervo, en los días de lluvia, era como el cielo de Peñafonte.
La Peña del Cuervo (fúlgida, acechante) se erguía como un escalofrío sobre las matas de los castaños y escupía de su vientre de nidos halcones al viento que pintaban de gris el cielo de Peñafonte.
-En las noches sin estrellas los dolores van y vienen como si fueran almas en pena.
CINCO...

La Peña del Cuervo (de calva blanca y entornos aromáticos) observaba impasible el constante ir y venir de nubes y zorzales. A sus pies, sobre el cueto de las fuentes (estribillos de agua y plata) secaban los viejos sus cuerpos al sol.
-En las noches sin estrellas los dolores van y vienen como si fueran almas en pena.
Peñafonte se había apretado entre las sombras. En los surcos de las vegas crecía perezosamente el maíz. El malhalado Alarico recogía su regocijo entre las piernas y se iba hacia su casa arrastrando su pensamiento. Al cura Lubencio, terminado el rezo del breviario, ya le preparaba su hermana Blandina la infusión de camomila. Una mecedora de mimbre movía, infatigable, una pena bajo un tilo centenario. En la casa de la fuente algo se estremecía cuando una tos aguanosa hacia la noche infinita. En la ... (ver texto completo)
-Se me están deshilando los cuadriles, Laureano. Llevas muchos años tumbándoteme encima. Y no te digo con esto que no me guste, que bien sabe Dios Nuestro Señor que me sigue prestando como el primer día, debajo de la escalera, pero noto que cada vez que te me tumbas encima se me deshilan un poco más los cuadriles.
En la alcoba de hierba los cuerpos maduros se iban desvaneciendo.
- ¿Como alguien que toca tam bien el violín puede ser anarquista?