Digna Emerita (a quien Efrén Alonso andaba con ganas de enseñarle su letra inglesa), Felicitas Varela, (la hija única del maestro Conrado), Jovita Alonso, las hijas de Julia Odalisca (que hacian las vainicas a los dobladillos mejor que nadie) y la castellana Lucía Pascual, todas ellas
amigas de Clara, engalanaban, entre risas y comentos, los argollones y barandales del
carro de Rufo Fernández con mimosas y dedaleras, mientras esperaban ansiosas el rito de los alfileres.