Peña:
La explicación del “in y el “on” es perfecta. Te felicito.
Sigamos por orden.
Sí, te tengo localizado. Has puesto la foto de tu casa, hay otra que se titula “tres generaciones” en la que reconocí al “ón”, luego, el barbado tenía que ser el “ín”, pero al que no puedo reconocer, porque nunca lo conocí con barba, es más, dejamos de vernos mucho antes de que nos naciera.
Pero hay una sonrisa que si reconocí, la del niño que está en el centro de la foto, y que yo había visto muchas veces, ya
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¡Jo, qué guay, Robledo!,
Jugar a la gallina ciega a nuestros años ¿verdad?.
Aunque, ayer me eché un poco "palante", como buen omañés, y quería dar a entender que te tenía clichado y que hacía preguntas para los demás, la verdad sea dicha es que no sé quien eres, aunque tengo sospechas, y el Robledo ¿de Ch.? creo que lo confirma y el que no me hayas negado que eras veraneante, también ayuda. De todas formas las opciones no son muchas. Ya he elegido y me quedo con esta opción sin llegar a: yo por esta opción mato.
Ya me imaginaba que lo de Robledo estaría relacionado con el roble, nuestro árbol enseña, presente en todas las direcciones en la que mires y con diferentes nombres para referirnos a él en las diferentes edades y usos, desde el fuyaco, pasando por la trampa hasta llegar al rebollo o el simplemente "leña", que si no era de roble no era "leña".
Lo del discurso a los carajos fríos y los fuyacos, tuvo que ser pronunciado por un omañés, por ley. No se le puede atribuir a nadie más. Me parece buenísimo y hay que darle carta de veracidad.
Robledo, no buscaba razones por las que te habías buscado ese alias, pero ya que nos las regalas me parecen estupendas y justificadímo el seudónimo.
Para acabar e intentar confirmar, como dices que me has leído, oso preguntarte, si alguna vez te he nombrado con tu nombre propio. Ya ves, es un sí o un no. Depende de la respuesta me reafirmaré en mi convicción sobre tu persona o tendré que volver a hacer supuestos que no me quedan.
Por último, un placer leerte y decirte que me has emocionado con el recuerdo para mi padre y claro, que reconozcas mi sonrisa en una de mis mitades no tiene precio ni encuentro el calificativo para agradecértelo.
Un abrazo.
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