Señor Valdevés.. muy atentas sus palabras; claro que mi abuela estaba y estaría encantada de su (yo) nieta, por ambas cosas que usted refleja y por varias más,... aunque una tiene tambien sus defectos ¡faltaría más!
Lo del mandilín quiero que quede claro de una vez por todas: yo no me lo quité, lo recogí a modo de bolsa y me lo llevé todo puesto ¡que eso es lo que tiene mérito!; además se trataba de mercancia fresca, pero consistente... que todo hay que decirlo...
2 besos castos
De ninguna de las maneras dudo yo en ningún momento que Vd. tenga muchíiisimas virtudes y concedo la posibilidad, claro está, de que tenga algún que otro defectillo, pero pequeño, pequeño.
A ver, Marilin, el mandilín se quita cuando tocan el timbre y uno lo tiene puesto, pero para "atropar"cualquier cosa, se recogen las puntas con una mano y en esa hondonada que se forma entre la mano con la que no se atropa y la cintura se van recogiendo las cosas susceptibles de recoger, ¿o no?. Por lo tanto, no tiene que quedar claro, lo he tenido clarísimo, tú, el mandilím limpio atado a la cintura, no sé si con peto o no, las caballunas, la manita sujetando las dos puntas del mandilín y aquellos dos ojazos, grandes, chispeantes, pidiendo la aprobación de la heroicidad de haber atropado las caballunas recientes, calentitas, sin ayuda, tú solita... Los mayores, a veces, no entienden, nada de nada. Haber visto tus ojos en aquel momento, y lo digo con todo el sentimiento, habría sido una recompensa impagable.
Un abrazo sentido.
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