Miro las fotos del Corral y las recuerdo sin haberlas visto. Mi abuela salió en el 36 huyendo del pueblo y nunca más volvió. Pero, todas las tardes me contaba su vida transcurrida en el Corral. Me parece ver con sus ojos las vistas del pueblo desde el Castillo, oler la masa de los rosquillos y bartolillos, reir como ella hacía en las fiestas de nuestra señora de la Paz, que por cierto espero no siga la tradición de los caballos y las gallinas colgadas! Las circunstancias que le hicieron salir de ... (ver texto completo)