Ojalá sólo fuera el
cementerio nuclear. Lo peor de todo es que ahora también va a ser una industria cementera en
San Lorenzo de la Parrilla. Entre cementeras,
cementerios y centrales térmicas (en Barajas de Melo)
Cuenca va a ser el polvorín de
España. Bueno, hay que ver la parte positiva de las cosas: los tres brazos que tengan nuestros nietos les servirán para ayudarse en su trabajo cuando estén en edad de jubilación, a los 193 años.