La poca, envejecida y encantadora gente de este hospitalario pueblecito lebaniego, invita a beber un trago de agua de su fresca fuente mientras se charla con sus amables vecinos para despues tomar la pista que parte de la cabecera del pueblo hacia la peña Cigal, adentrarse en el bellisimo hayedo de Cantalafreo y bajar hasta Lomeña para luego refrescarse en la Viñona o en Dos amantes todo sin salir del municipio. Para comer recomiendo el Hoyal en Pesaguero, El Abejó en Dos amantes y la Viñona en el ... (ver texto completo)