La
casa de Alba se encargó de construir el
castillo. El Gran Duque Don Fernando Álvarez de
Toledo tuvo en este castillo su segunda morada. Su planta es cuadrada, y presenta cubos cilíndricos en sus
esquinas. Su situación es marcadamente estratégica, dominando el paso del
río y el
valle. El exterior está completo, el interior vacío. Ha sido restaurado parcialmente. Es de propiedad municipal, y se utiliza para actividades culturales y recreativas, principalmente en
verano.