Jerez, la ciudad de los vinos y los caballos, de los Primo de Rivera y de Lola Flores, de Bertín Osborne y del alcalde Pacheco, de Ruiz-Mateos y de Dolores la Piñirraca, que cuando cantaba la boca le sabía a sangre.
Se conservan viejas botellas con caldos de cosechas que dejaron recuerdo.
Sus vinos son famosos en todo el mundo.
Miles de barricas con un preciado líquido que es la vida de esta ciudad.
Emparrado para producir uva, dar sombra en verano y adornar un recinto industrial.
Empresa y marca comercial de enorme prestigio.
Tío Pepe, juntamente con el toro de Osborne, son emblemas de esta tierra andaluza de fama española y universal.
Algunos famosos del mundo del rejoneo dejaron su impronta en alguna pipa.
El progreso va relegando palabras, objetos, modos de hacer, aperos, utensilios, costumbres..., es bueno que existan espacios que nos recuerden de donde venimos y como hemos llegado aquí.
Hermoso edificio que completa un bello paisaje urbano el de la plaza en la que se ubica.
Una Colegiata que ha sido transformada en catedral por ser sede de un obispado de creación moderna. El templo, por si mismo, ya tenía, por su factura y grandiosidad, tal categoría.