Candil hispanomusulmán de cazoleta cerrada con inscripción cúfica lateral, gollete central de nueve lados decorado con motivos geométricos triangulares junto al borde. La tapadera está unida mediante bisagra y rematada con una pequeña figura zoomorfa (cría de ciervo), como elemento de aprehensión. Piquera curva y alargada con lengüeta triangular. Posee un asa lateral curvada en forma de figura zoomorfa (cérvido).
Forma parte de un conjunto de piezas halladas en 1985 de forma casual por un grupo de jóvenes. Apareció en una ocultación o depósito sellado en una grieta de una cueva natural de Liétor. Los niños llevaron las piezas al párroco de la localidad, Francisco Navarro, quien dirigía un Museo Parroquial con objetos litúrgicos y de etnografía. Al observar la importancia del hallazgo, organizó una segunda visita saliendo a la luz aperos agrícolas, objetos de uso doméstico, y otras piezas que fueron expuestas en las salas del citado Museo Parroquial bajo el título «Ajuar de Alamín».
La cabeza del ciervo tiene el mismo tratamiento que otras dos cabezas de una placa de Medinat al-Zahra, donde parece situarse el taller de Rasîq, cuyo nombre aparece firmando varias piezas tales como dedales, la placa citada, una pilastra e incluso cerámica.
R. Azuar ha señalado la importancia de estos hallazgos por cuanto constatan la existencia de un taller de metales en Al-Andalus. Por otra parte, las figuras se enmarcan en el mismo ambiente artístico y conceptual de algunas otras piezas de bronce tales como candiles, aguamaniles o caños de fuente con animales de cuerpos ondulantes o sinuosos, y no es ajeno a algunas representaciones zoomorfas de la cerámica. J. Zozaya ha señalado la semejanza entre éste candil de Liétor y el de doble piquera procedente de Granada, que, con otros ejemplares datados en el siglo X, constituyen los paralelos más cercanos al de Liétor, datado en el segundo cuarto del siglo X
Picaduras por oxidación en la piquera y en la cazoleta
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