El día 10 de agosto de 1557 el
ejército español venció en
San Quintín a las tropas francesas. Para conmemorar esta victoria Felipe II mandó construir un importante templo dedicado al
santo del día, San Lorenzo, cuyas obras comenzaron cinco años después.
Felipe II prohibió a los obreros que construían el
Monasterio empadronarse en el lugar. Pero, dos siglos más tarde, Carlos III notando la falta de
alojamientos y comodidades para la multitud de seguidores de la Corte que tenían que quedarse en
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