El Pacífico viajero, confrontando con el primer verso del himno de Almería (Guzla de gárrulo andaluz...), reprimirá la tentación de salir corriendo. Antes bien debe confiar en que la ciudad, que no es responsable de ese desaguisado poético perpetrado en los años treinta del pasado siglo, lo compensará debidamente cuando deambular por sus calles y conozca a sus amables y emprendedores gentes.