Aquí nos llevaron a
comer. No fue de mi agrado, empezando por el vino, daros cuenta la
información calidad, que en la mesa ya nos tenían la gaseosa. Nos dieron unos entrantes escasos de queso y calamares, un arroz Doñana y un filetillo. No hubo café, quien lo quiso tuvo que buscarse la vida. La
comida fue organizada por la agencia que montó la
excursión a Doñana, por la que pagamos 70€, precio caro.