Jaca forma parte de uno de los ramales históricos del Camino de Santiago.

Para golosos, una pastelería con encanto, donde la gran presentación y variedad de chocolates hace una para imprescindible. se encuentra al lado de la catedral.

El Apóstol Santiago es reconocido y venerado en todos los lugares de España.

Como toda ciudad, ésta tiene una parte antigua y otra más moderna.

Bonita Catedral de San Pedro.

Fortaleza de gran importancia en la protección fronteriza del pasado.

Importante fortaleza en la defensa de las fronteras nacionales.

Tranquila ciudad.

En esta pequeña ciudad del Pirineo, súbitamente con Eibar y Sahagún, se proclamó la Segunda República española antes que en Madrid o cualquier otra capital española.

“Los hombres se hacen. Las montañas están hechas ya”
Miguel Delibes

Esta ciudadela fue construida bajo el reinado de Felipe II. Presenta una poderosa muralla d eplanta pentagonal, perfectamente regular, y foso, única completa en su fábrica que queda en España.

“Cuando estoy en algún lugar, enturbio el silencio del cielo y de la tierra con mi respiración y el latir de mi corazón”
Simone Weil

Si vas a Jaca, no dejes de visitar este lugar, sobre todo si eres goloso, ya que lo que tienen a la venta es exquisito; pero además, conserva la solera de tiempos pasados, incluidas balanza y registradora.

La catedral de Jaca, declarada Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1985, está considerada como uno de los monumentos más importantes de todo el románico español. Su construcción comenzó a finales del siglo XI, bajo el reinado de Sancho Ramírez.

Cosas de ayer que se hacían, no solo para satisfacer una necesidad y facilitar el trabajo, también se tenía en consideración la información clara para el cliente y el estilo artístico o belleza del aparato de que se trate; en este caso, una máquina registradora.

También conocida popularmente como Torre de la Cárcel, es una edificación civil gótica cuya denominación popular se debe a que recibió ambos usos desde que el Concejo de Jaca la compró en 1599 para colocar el reloj-campanario que marcaría la vida urbana y convertirla, en 1602, en sede de las cárceles de la ciudad.