Lo que en otro tiempo fueron lugar de
refugio de personas y animales; donde una
familia compuesta de matrimonio y varios hijos, en ocasiones también los abuelos, llevaban una vida de trabajo y sacrificio viviendo del
campo: cereales,
huertos, viña, la cría del cebón, las gallinas y alguna
cabra que surtiera de la leche diaria a los humanos, moraban en el interior de los muros de estas vetustas construcciones ahora arruinadas y sin vida en su interior. Hace décadas que sus habitantes desaparecieron,
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