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Mensajes de ENDRINAL (Salamanca) enviados por Juan Antonio:

“Todavía la naturaleza no produce arboles que den fruto de justicia y bienestar. Sembremos y cultivemos”
Práxedis Gilberto Guerrero
Cuanto alegran y dicen de positivo las plantas y flores adornado una fachada, una calle o un jardín.
Fuente antigua, de abundante y de buen agua; además de ser potable y de ella bebían los habitantes del lugar, también servía para lavar la ropa en los lavaderos próximos y, el excedente, para regar los huertos cercanos. Ahora dodo está en desuso y, el agua sobrante, casi no es empleada en el riego ya que son escasas las personas que se ocupan de algún huerto.
Ayer 2 de junio se celebró la fiesta del Cristo del Humilladero, trasladando la talla del Cristo desde la ermita hasta la iglesia parroquial de San Pedro para celebrar una misa en su honor, regresado acabada eta en procesión nuevamente a la ermita.
Llama la atención y resulta bonito cuando encuentras viviendas donde, bien a la entrada, en balcones o ventanas encuentras plantas con flores; no es algo muy habitual en nuestros pueblos y ciudades, por ellos cuando las encuentras te resultas agradables a la vista, aunque solo sea por romper con la frialdad de fachadas de piedra o encaladas en blanco sin más adorno.
A muchos lugares de nuestra geografía, o llegas a la hora de misa o te quedas sin poder visitar la iglesia. Aún preguntando, nadie te facilita la posibilidad de poder acceder al templo. Tendremos que coincidir con algún acto religioso que en el mismo se celebre.
Esta es una muestra de la abundancia de agua que tiene este pueblo. El caudal de esta fuente es generoso que se utilizaba para el uso doméstico de las familias, beber y lavar; abrevar al ganado y el excedente para regar los huertos próximos.
Las fachadas de la iglesia aparecen marcadas con cruces individuales hasta llegar a esta en el campanario donde aparece el Calvario, supongo que esto tiene que ver con la celebración del Vía Crucis en toro al templo parroquial.
Cuantas generaciones de mujeres dejaron su salud en estos lavaderos en los que de rodillas, sobre la tajuela, hacían la colada para la familia o para otras personas. A la intemperie, hiciera frío o calor, lloviera, nevara, con niebla o con sol, a lo que habría que unir la humedad propia del lugar, siempre alguien tenia que acudir al lugar a lavar la ropa. Siempre me ha extrañado que estos lugares no estuvieran cubiertos que protegieran a las lavanderas, ni tan siquiera, como es el caso, disponían ... (ver texto completo)