Es una pena que el patrimonio arquitectónico popular de estos
pueblos de los Ancares se vaya perdiendo. La pallozas practicamente han desaparecido de estos recónditos
valles; no es que quiera que las personas sigan viviendo en las mismas condiciones que vivieron nuestros abuelos, bisabuelos y demás gentes que a lo largo de los siglos nos precedieron. Lo que quiero expresar es que se pueden conservar exteriormente las formas tradicionales de construcción e interiormente estar dotadas de todas las
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